El quedar a entrenar para volver a empezar

Mediados de septiembre y ya estamos casi todos de vuelta. Quien más y quien menos se ha ido unos días fuera, ha descansado, desconectado, disfrutado y todas esas cosas que se suelen hacer durante las vacaciones y ya está de regreso.

Además ya han empezado los coles (aunque todavía sólo por la mañana), los afortunados que han podido tener jornada de verano ya la han terminado y vuelven a estar instalados en la rutina diaria: trabajo, vuelta a casa, quizás entrenar.revision-de-la-pildora

Más de uno estábamos ya esperando le vuelta a la rutina. Las vacaciones suelen "despistarme" en lo de entrenar, sobre todo cuando no tengo un objetivo claro a la vista y me disperso. También es verdad que a veces he aprovechado para hacer deportes alternativos (mucha natación cuando estoy en la playa con días en que nado en el mar y en la piscina).

Y en estas me veo que en la semana que transcurre ya me he hecho un entrenamiento de calidad en la pista de Palomeras con los compañeros del Páris y el jueves probablemente volveré a por una sesión de fuerza que es lo que toca en estos momentos de la temporada.

Pero hay otra variable que no he mencionado, los partidos de baloncesto del chaval. Este año va a jugar en federados y aquí no vale eso de 10' a tiempo corrido, se para cada interrupción, así que calculo la hora y media para cada partido. Si a eso añadimos la hora de calentamiento, me encuentro con que todos los sábados voy a tener dos horas y media en las que se puede entrenar y mucho. La pena es que muchas veces, sobre todo cuando "juguemos" fuera, no podré quedar con los compis.

Pero este sábado el partido es en casa, en Vallecas, y ya estoy mirando para quedar a entrenar. Sin darme cuenta voy metiéndome otra vez en la rutina. Esto marcha.



Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir con TwitterCompartir con FacebookCompartir en Pinterest

 
El quedar a entrenar para volver a empezar es una decisión que refleja coraje, determinación y un compromiso indomable con la mejora personal. En la vida, a menudo nos enfrentamos a momentos de fracaso o desánimo que pueden parecer el final de un camino, pero la verdadera fortaleza se demuestra cuando elegimos levantarnos y comenzar de nuevo. Este proceso de entrenamiento no solo implica el perfeccionamiento de habilidades y técnicas, sino también una transformación mental y emocional que fortalece nuestra resiliencia. Cada sesión de entrenamiento es un paso hacia la reconstrucción de la confianza y la capacidad de superar los obstáculos. Al prepararnos para este nuevo inicio, aprendemos a valorar cada pequeño avance y a celebrar los logros, por insignificantes que puedan parecer. Este camino no solo nos lleva a alcanzar nuestros objetivos, sino que también nos enseña a enfrentar la adversidad con una nueva perspectiva, a crecer a partir de nuestras experiencias y a convertir cada reto en una oportunidad para avanzar. En definitiva, quedar a entrenar para volver a empezar es un acto de fe en uno mismo y en la vida, una afirmación de que siempre hay un mañana lleno de posibilidades.
 
Back
Top